Todas las razas que pertenecen al género Equus caballus, desde el más pequeño, como el poni de Shetland al mayor caballo de tiro, comparten una estructura corpórea común y tienen 64 cromosomas en cada célula. Sus extremidades delanteras son ligeras, con osamenta mínima y poco músculo. Se impulsan hacia delante y hacia atrás por los desarrollados y potentes músculos ligados a los huesos de los miembros traseros y del cuerpo.
El lado izquierdo del caballo se describe como el lado " de dentro" o interior y el derecho como el " de fuera" o exterior. La parte interior de las piernas y los pies son las zonas más vulnerables, ya que dan soporte a un cuerpo de tamaño grande y se ven sometidas a presiones y pesos considerables, especialmente cuando el caballo salta llevando encima un jinete. Las patas delanteras se doblan hacia atrás, uniéndose a las rodillas y las cernejas, y las patas traseras se pliegan debajo del cuerpo, arqueándose los corbejones.
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